Tiempo

Es una alegría poder traducir en palabras las experiencias vividas dentro del ambiente, aunque no resulta ser fácil, cuando se trata de las realidades expresadas por los padres de familia con los que vamos acompañándonos en este camino de educación Montessori, es una riqueza poder experimentar su cercanía, y confianza para el trabajo con sus pequeños, así como ir comprendiendo juntos las lecciones de vida que día con día nos permiten y nos permitimos observar en esas pequeñas manos, sonrisas y momentos.

Contemplaba la idea del tiempo, que puede ser un concepto demasiado amplio y diferente para cada perspectiva, lleno de expectativa, rigidez, exigencia y tantos conceptos que le podemos dar, a razón de buscar respuestas en los avances de los niños, que por un lado pueden ser tan evidentes y por otro, pareciera que no, nos vamos haciendo muchas preguntas, ¿Cuándo va a leer? ¿Cuándo va a escribir? ¿Algún día aprenderá otro idioma? Etc. en el afán de hacerlos personas útiles a sí mismas y a la sociedad que les toca y tocará vivir, estos avances en muchas ocasiones se mantienen ocultos a nuestra mirada, a nuestra expectativa, a las exigencias sociales, académicas, culturales o de simple apreciación; sin embargo en una sesión de escuela para padres, logramos discernir acerca de nuestro papel como educadores y de los compromisos que nos llevan a construir un camino de oportunidades para ellos, que quizá a nosotros no nos fue dado, y que ahora tenemos la oportunidad de apreciar para ellos.

María Montessori decía:

«Tocar al niño es tocar el punto más delicado y vital, donde todo puede decidirse y renovarse, donde todo está lleno de vida, donde se hallan encerrados los secretos del alma, por ahí se elabora la educación del hombre del mañana.»

Y cuánta razón tiene esto, ya que podemos ver la superficie, pero los contenidos más profundos se encuentran en lo profundo de su ser.

Apoyados en la motivación del trabajo a lo largo del ciclo escolar, la experiencia de mirar sus avances y comprendiendo los límites aparentes, nos dimos cuenta de lo maravilloso que es la experiencia de vivir en un ambiente de oportunidades, que estamos dotados de todas las capacidades para construirnos y que si en algún momento nos vemos limitados en algo, poner en juego la capacidad de resolver, ajustar; adaptar y lograr un objetivo, trabajo que los niños realizan todos los días en el ambiente.

A continuación comparto las frases que resultaron de esta sesión y me permito con todo respeto y cariño acompañar cada una de ellas, con las expresiones que los niños me van dejando contemplar.

Reconocer una debilidad como oportunidad, esforzándose todos los días en la elección y repetición de materiales.

Te crees lo que te dicen, siendo conscientes de la importancia de lo que comunicamos a los niños de manera verbal y no verbal.

Confianza, paciencia, fe en el niño, él va a su ritmo, sin prisa, llevando su trabajo de manera libre y natural.

Todo a su tiempo, en su justo momento, vemos reveladas sus capacidades y logros

La importancia de la motivación, ser camino y evitar ser obstáculo

Propiciar un ambiente preparado, físico y emocional, para que ellos se desarrollen en alegría y amor.

Mis expectativas, son mías, aprendo de ellas y me permito abrirme a lo nuevo

Confianza y paciencia, de que el niño va a mostrar su capacidad y sensibilidad

Romper paradigmas, como resuelvo, que transmito, que quiero ser de ahora en adelante, para mi hijo.

Dejar de hacer, para creer, ser pacientes y confiar en que van a lograr el trabajo

Entre más grande es la prueba, más glorioso es el triunfo, el esfuerzo de hacerlo con constancia

El poder de las palabras, todos tenemos un talento, acompañar en el camino, con amor

La realidad depende de nosotros, y el concepto de tiempo que queremos tomar

Todos los niños son únicos, todos distintos, y todos igualmente especiales, sin palabras

Ser espectadores pacientes, confiar

Eres maravilloso, tú puedes. Palabras que edifican

Si pudieras ver el valor de la paciencia, creer, confiar

Cultivar el desarrollo emocional, mío y de mi hijo.

 

Miriam Aletia García Estrada

Casa de Niños B



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